Paz
Coordinadora General de Asesores y Asuntos Internacionales de la Ciudad de México
Secretaria General de CGLU
Secretario General de Metropolis
Contexto
Hasta ahora, el impacto que ha causado la crisis sanitarias en las violencias urbanas ha sido mixto. Por un lado, el aislamiento social ha llevado a una disminución de los índices de criminalidad relacionados con asaltos, robos y otros delitos violentos. Por otro lado, las medidas sanitarias para frenar la propagación del virus han tenido un profundo impacto en la vida social, económica y laboral de la ciudadanía y han intensificado la violencia doméstica basada en el género – muchos países han informado de cómo las llamadas de emergencia relacionadas con la violencia doméstica se dispararon durante la pandemia. En las economías en desarrollo, la proliferación de los discursos de odio y el aumento de los ataques racistas, así como del comportamiento hostil contra las personas migrantes y otras minorías ha aumentado. Mucho antes de la crisis y durante la misma, los gobiernos locales y regionales han desempeñado un papel fundamental en la promoción del diálogo con la sociedad civil para frenar las actitudes racistas, prestando apoyo a las minorías y promoviendo una cultura de paz e inclusión.
Paralelamente al aumento del comportamiento violento, todos y todas hemos visto múltiples ejemplos de solidaridad entre vecinos y vecinas y miembros de comunidades locales de todo el mundo, como ciudadanos y ciudadanas que se reúnen para apoyar a las personas más necesitadas, ya sea a través de donaciones de bienes básicos, de compras voluntarias de alimentos o de apoyo para el cuidado de la infancia. Las autoridades locales deben aprovechar este nuevo sentido de comunidad para fomentar un contrato social basado en un enfoque de derechos humanos en la elaboración de políticas, promoviendo la diversidad, la cooperación y la cohesión.
10%
El IEP estima que el porcentaje del PIB destinado a la lucha contra la violencia y la delincuencia en los países en desarrollo es de entre el 2,5 y el 10%.
Retos
La paz, tal como la entienden las autoridades locales, no significa lo contrario de un conflicto, sino más bien lo contrario de la violencia. Las visiones en conflicto, si se abordan a través de una resolución pacífica pueden dar lugar a un cambio positivo para la comunidad. Sin embargo, la consolidación de la paz es un proceso complejo y multidimensional, que implica necesariamente que un grupo de múltiples actores se reúna en un diálogo abierto y encuentre bases comunes sobre las que resolver cuestiones complejas. Como las autoridades locales esperan luchar contra la pandemia y reconstruir sus comunidades, deben colaborar con los representantes de toda la comunidad y afrontar el reto de crear un entorno de colaboración en el que se puedan establecer esas bases comunes entre puntos de vista muy distintos. Además, la paz en un entorno urbano sólo es posible si se construye sobre la base de la igualdad de acceso a los servicios públicos básicos. Las sociedades desiguales son también las que a menudo corren un mayor riesgo de desarrollar violencia, y la COVID-19 ha exacerbado estas desigualdades. Las ciudades también se enfrentan al reto de mantener la prestación adecuada de esos servicios durante la pandemia y después de ella, como forma de evitar que la crisis sanitaria se convierta en una crisis social. Por último, a medida que los gobiernos locales y regionales planean construir zonas urbanas más seguras y pacíficas, todavía tienen que hacer frente al desafío preexistente de comprender las fuentes de la violencia – dónde y cómo florece – a fin de diseñar las mejores políticas para abordarla.
Necesidades
Mucho antes de la pandemia, los gobiernos locales y regionales han estado pidiendo la necesidad de elaborar estrategias locales para la consolidación de la paz e incluir las perspectivas locales en el enfoque nacional de consolidación de la paz. Los recursos para promover la localización de los ODS, incluyendo la paz, se han destacado como una necesidad importante para crear políticas eficaces que combatan la violencia urbana y de género y promuevan una cultura de paz. Además, las redes de gobiernos locales y regionales tendrán que aportar conocimientos locales a la mesa de adopción de decisiones a nivel mundial a medida que el mundo se recupera de la pandemia, a fin de asegurarse de que se tengan en cuenta las particularidades de cada región al crear una estrategia mundial para hacer frente a la violencia. Las ciudades pueden aprovechar la fuerza de redes mundiales como CGLU para asegurarse de que sus voces sean escuchadas.
Respuestas
Así es como el Estado de Minnesota responde a los ataques racistas y a las demandas de la sociedad civil para reformar el sistema policial:
En la Ciudad de México se está trabajando para garantizar el acceso universal a los servicios básicos a toda la población, en particular a los grupos vulnerables, como los ancianos:
El Centro de Resolución de Conflictos ha hecho grandes esfuerzos para trazar el mapa de la labor de paz en Uganda, en colaboración con los gobiernos nacionales, regionales y locales:
Respuestas
Así es como el Estado de Minnesota responde a los ataques racistas y a las demandas de la sociedad civil para reformar el sistema policial:
En la Ciudad de México se está trabajando para garantizar el acceso universal a los servicios básicos a toda la población, en particular a los grupos vulnerables, como los ancianos:
El Centro de Resolución de Conflictos ha hecho grandes esfuerzos para trazar el mapa de la labor de paz en Uganda, en colaboración con los gobiernos nacionales, regionales y locales:
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Puntos clave
- La prestación de servicios iguales y universales es fundamental para construir comunidades pacíficas. La prestación de servicios también debe tener en cuenta y responder a las necesidades particulares de las comunidades más vulnerables como forma de tratar de reducir las desigualdades y promover la cohesión social.
- La construcción de la paz es un proceso en el que participan múltiples interesados y esta se alcanzará cuando las autoridades locales involucren a la ciudadanía en un diálogo transparente. Sólo mediante el diálogo transformaremos los actuales modelos de gobernanza y construiremos sociedades verdaderamente inclusivas.
- En ese sentido, la inclusión de representantes de las poblaciones vulnerables en el proceso de adopción de decisiones es fundamental, no sólo para definir las políticas más adecuadas para atender a sus necesidades particulares, sino también para fomentar la confianza institucional entre todos los miembros de la comunidad.
- Si bien la pandemia ha puesto en evidencia las necesidades urgentes de desarrollo urbano, no debemos perder de vista nuestros compromisos a largo plazo y debemos seguir en una dirección que apunte hacia el cumplimiento de los ODS. En ese sentido, proporcionar recursos para localizar los ODS es fundamental, no sólo para fomentar respuestas pacíficas al brote, sino también para construir comunidades cohesivas, inclusivas y resistentes a largo plazo.
- La consolidación de la paz es un proceso complejo y sólo puede hacerse si múltiples agentes están alineados y trabajan juntos hacia un objetivo común. En ese sentido, los gobiernos locales y regionales deben seguir trabajando para fortalecer las redes entre las ciudades y más allá de ellas, asegurándose de que, en su conjunto, sus voces sean escuchadas e incluidas en el debate mundial contra la violencia.
Beyond
The Outbreak
La promoción de un entorno de diálogo y debate con múltiples agentes comunitarios se ha destacado como un paso fundamental para promover sociedades más pacíficas, cohesionadas e inclusivas, y es esencial para aumentar la confianza entre la ciudadanía y las instituciones durante la crisis y después de ella. Pero las ideas no tienen por qué ser generadas por los gobiernos locales; las autoridades locales también pueden buscar activamente ideas e iniciativas que ya han sido puestas en práctica por la sociedad civil. El seguimiento de las iniciativas que provienen de la propia comunidad es una excelente manera de comprender sus necesidades más apremiantes y de aplicar potencialmente esas ideas a comunidades similares. Nadine Burbar, Jefa de Resistencia de la ciudad de Ramallah, habló de la inclusión de propuestas dirigidas por la comunidad en la planificación urbana y de aprovechar las aptitudes de la población como forma de abordar cuestiones críticas -como la paz- durante y después del brote. La Ciudad de México también está trabajando para crear un canal abierto en el que los ciudadanos puedan dar ideas sobre la ciudad de sus sueños, lo que permitirá a la comunidad adoptar un enfoque mucho más activo en los planes de recuperación de la ciudad.
«Es esencial asegurar que la recuperación se haga teniendo en cuenta a las poblaciones más vulnerables, y no contra ellas, abordando las falsas narrativas y garantizando un enfoque basado en los derechos para las secuelas de la pandemia.»
Recursos
Para obtener más información sobre el tema de la paz y su impacto en las ciudades y regiones, consulte los recursos relacionados que se incluyen a continuación.
- Premio de la Paz de CGLU
- Declaración en línea del II Foro Mundial sobre la Violencia Urbana y la Educación para la Convivencia y la Paz, » Compromiso con la Agenda de las Ciudades para la Convivencia y la paz«
- Centro para la Resolución de Conflictos de Uganda, sede del proyecto SDG16+.
- Sitio web del Programa de Coordinación de la Consolidación de la Paz en África, de ACCORD
- Asociación Mundial para la Prevención de Conflictos Armados.